sábado, 7 de mayo de 2016

LECTURAS REFLEXIVAS DE QUINTO

LECTURAS REFLEXIVAS



Papá, ¿cuánto ganas por hora? - con voz tímida y ojo de admiración, un pequeño
recibía así a su padre al término de su trabajo.
El padre dirigió un gesto severo al niño y repuso:
- Mira hijo, esos informes ni tu madre los conoce. No me moleste estoy cansado.

- Pero papá- insistió - dime por favor, ¿cuánto ganas por hora? - La reacción del
padre fue menos severa. Solo contestó: 200 pesos la hora.

- Papá, ¿me podrías prestar cien pesos? - preguntó el pequeño.

El padre, lleno de cólera y tratando con brusquedad al niño, dijo:

- Así que esa era la razón de saber lo que gano. Vete a dormir y no me molestes,
muchacho aprovechado.

Había caído la noche. El padre meditó sobre lo sucedido y se sintió culpable. Tal
vez su hijo quería comprar algo. Para descargar su conciencia dolida, se asomó al
cuarto de su hijo. Con voz baja preguntó al pequeño:

- ¿Duermes, hijo?

- Dime papá- respondió entre sueños.

- Aquí tienes el dinero que me pediste - respondió el padre.

- Gracias, papá- contesto el pequeño. Y metiéndo su mano bajo la almohada,
sacó unos billetes.

- ¡Ahora ya completé, papá! Tengo 200 pesos. ¿Podrías venderme una hora de tu
  Tiempo?

0 comentarios:

Publicar un comentario